El pecho se aprieta y a veces surge la angustia. Emocionalmente estás sobrepasado. Este estrés emocional surge por estar siempre haciendo lo que se debe hacer o cumpliendo lo que se espera de ti, prestando poca o nula atención a lo que realmente quieres o anhelas hacer. Es hora de pensar en ti, en lo que quieres o necesitas. Detente unos momentos, relaja tu mente y deja que aquello que deseas, surja. Reconocer y asumir lo que en este momento es importante para ti, disminuirá la tensión interna, calmando la presión y la angustia.