El estallido social que estamos viviendo hace un par de semanas no deja indiferente a nadie. Si queremos ser agentes de cambio, construir una realidad mejor para todos, en primer lugar debemos partir con nosotros mismos y los procesos para potenciar lo mejor de cada uno.
Vivimos una realidad energética: pensar que nuestras circunstancias son independientes de nosotros y del mundo que nos rodea es cegarnos y vivir vulnerables a todo tipo de influencias. Tenemos una relación constante e indisoluble con todo aquello que nos rodea. También tenemos una relación constante e indisoluble entre aquello que pensamos, aquello que sentimos, el sentido que le damos a nuestra vida y, la expresión de todo lo anterior, a través de actitudes, acciones y conductas. Para que nuestra unidad interior y con el todo funcione en equilibrio, necesitamos manifestar siempre aquello que sentimos y pensamos, así como también saber leer las circunstancias que nos rodean. Cuando ocultamos, consciente o inconscientemente, nuestras necesidades, emociones, pensamientos o deseos, se produce un desequilibrio importante en nosotros y lo manifestamos a través del cuerpo por medio de un síntoma o enfermedad. O bien, comenzamos a encontrar dificultades en nuestra vida, algo que muchas veces llamamos casualidad o simplemente “las circunstancias”. Esta interrelación es tan poderosa que, a veces nuestras necesidades son incluso desconocidas para nosotros mismos pero, en este orden perfecto, nuestra esencia reclama y las manifestaciones internas y externas se encargan de entregarnos el mensaje.
Desde esta perspectiva, cada enfermedad o cada dificultad que enfrentamos es un llamado de atención que nos intenta mostrar aquellos pensamientos, emociones o actitudes que nos han sacado de nuestro equilibrio natural. Por lo tanto, la intención del síntoma y la enfermedad o del conflicto y dificultad, es hacernos conscientes para que podamos revisar aquello, en nosotros, que nos daña. Sin embargo, esa intención casi nunca es considerada. Muchas veces ante una dificultad, simplemente nos arremangamos y comenzamos a trabajar para resolverla, sin detenernos a observar su real significado en nuestras vidas. Así mismo, nuestra actitud ante la enfermedad es aplacar cuanto antes el síntoma y anestesiar el dolor, pasando por alto su invaluable mensaje. No cabe dudas que el agitado ritmo de nuestra vida actual nos deja poco espacio para ello, pero la invitación que hacemos en Bioconciencia es que al menos lo intentes puesto, el ahorro en tiempo, recursos y sobretodo de futuras recaídas, reincidencias y otras enfermedades es tal, que bien vale la pena explorarlo.
A continuación te ofrecemos algunas recomendaciones para comenzar a establecer un mejor vínculo entre tu síntoma y tú. Para ello, debes contar con al menos unos minutos para estar contigo y atender los siguientes planteamientos:
- En caso de un síntoma o enfermedad declarada, observa para qué sirve la zona afectada, reconociendo también las inhibiciones que este síntoma o enfermedad genera en ella. Ej.: Conjuntivitis, reviso que los ojos sirven para ver. Los síntomas son dolor, picazón, irritación, incomodidad cuando se pegan. Entonces, una pregunta puede ser ¿Qué o quién me incomoda, irrita o duele ver? Hay veces en que con esta sola pregunta el síntoma comienza a remitir. Mientras se está en el proceso de revisión, se sugiere recurrir a algún tipo de remedio casero o natural para aliviar el síntoma. Si la situación se mantiene o empeora, trátelo con medicina tradicional y en forma paralela continúe su revisión con ayuda de un terapeuta y lecturas de apoyo, entre otros. Mientras más urgente es la necesidad de atender el síntoma o la enfermedad, más urgente es el llamado interior a hacernos cargo del conflicto interior que lo detonó.
- Cuando un niño enferma, si bien está dentro de las mismas explicaciones, ej.: Otitis, hay que revisar qué produce tanta rabia oír de mamá o papá o bien, qué incoherencia ha oído de los padres, etc. Incluso, se puede considerar la posibilidad que el niño esté expresando en sí mismo, el conflicto de algún adulto significativo dentro de su núcleo inmediato.
- Cuando la persona se ve enfrentada una dificultad, lo más sensato es revisar si esta situación podría ser la reiteración de otras situaciones equivalentes y ya vividas con anterioridad. Si este fuera el caso, se está ante un “patrón” por lo que es probable que la situación esté asociada a algún aprendizaje pendiente. Ya sea una reiteración o algo que se vive por primera vez, lo mejor es preguntarse qué es lo que más me cuesta enfrentar o hacer en este momento. Una vez hecha la conciencia, es importante actuar en el corto plazo.
Una excelente práctica “preventiva” es trabajar con Análisis e Interpretación de Sueños (AIS) para mantener un diálogo abierto y constante con todo el mundo inconsciente.
Espero esta pequeña nota sea un apoyo real y práctico a tu momento actual.
Un abrazo,
Pamela – Noviembre 2019