La constitución bioquímica de nuestro cuerpo considera múltiples minerales para su correcto funcionamiento y la falencia de algunos es causal de importantes dolencias. Es justamente esta característica la que permite que nuestro cuerpo sintonice muy bien con la energía vital presente en gemas y cristales. Su campo electromagnético entra en una suerte de resonancia con nuestro propio campo electromagnético, generando un orden y una estabilidad que promueve estados profundos de conciencia a través de los cuales resulta muy fácil activar los registros bioenergéticos con los que se desea trabajar. Así también promueve la estructura necesaria para potenciar y sostener la conciencia y la bioquímica de conductas que se espera fortalecer o transformar.
En Bioconciencia utilizamos los beneficios de la gemoterapia a través de diversas vías, siendo la ubicación de gemas sobre el cuerpo y la ingesta de elíxires minerales, como parte de todo tratamiento, las más frecuentes. Sin embargo, sus usos también se hacen extensivos a la meditación, sesiones de sintonización mineral e incluso, regresiones.